Sobre mí

Hola, soy Sergio Robledo

Nací en 1985 en Segovia. Desde que tengo uso de razón me encantan los caballos, siendo muy pequeño, a la edad de 5 años, mi primera experiencia no resulto una situación que predijera este amor hacia ellos, pues acabe en el suelo. Sin embargo, la vida me ha ido cruzando con ellos, sobre todo en mi etapa en el País Vasco, en el 2012, dónde aprendí otras formas de relacionarse con ellos, no necesariamente montando, pero también, hay otras formas de montar más respetuosas con ellos, sin bocado, cómo ahora defendemos, sin métodos de castigo.

Durante muchos años vi imposible cuidar de caballos, mis estudios universitarios y después el trabajo, siempre en ciudades, no era propicio según mis valores para cuidar de caballos, por lo que aunar mi pasión con mi formación, se convirtió en un sueño.

Vivir en la naturaleza, dar a los caballos las condiciones más parecidas a lo que sería su vida salvaje, mejorar su bienestar, es el objetivo pero no era viable en una ciudad, dónde los encerraban en cuadras y no tenían grandes praderas.

Siendo animales de presa, su forma de sobrevivir es la huida, tienen los estímulos muy desarrollados, en oído, vista, olfato, tacto, y muy sensibles, el estrés y la angustia que viven en las cuadras, no es lo que quería.

La vida me trajo de nuevo a la tierra que me vio nacer, la perra que llevaba cuidado varios años enfermó, volví para poder cuidarla con el apoyo de mi familia, entonces, es cuando por "causalidad" comencé un voluntariado en una hípica de Segovia para un proyecto con personas con enfermedad mental, de pronto vi esa relación viable, entre mi profesión y mi pasión.

De ahí nació la creación de la Asociación SEDDE, y no sólo eso, fue el inicio de la decisión de que había llegado el momento de comenzar a construir mi propósito de vida.

La creación de la asociación, conseguir nuestros propios caballos, aprender de ellos, ayudar a otros, sobre todo, facilitar o financiar el acceso a estas actividades a los colectivos más vulnerables y con discapacidad y/o diversidad funcional, se convirtió en un sueño hecho realidad , y además, con mi perra, Chula, recuperada, vivió tres años más después de su recuperación.

Todo el camino no ha estado exento de dificultades, muchas de ellas propias, hasta que a través de los caballos, de las sesiones con caballos que hice en mi y la formación en este ámbito, el día a día con ellos, me hizo derribar esas creencias limitantes que me impedían comenzar, con persistencia, comenzamos, a pesar de no tener todo a nuestro favor. Hoy, podemos decir que estamos cumpliendo nuestros objetivos, puedo decir, que estoy cumpliendo mi propósito, aunque aún con muchos objetivos por alcanzar y sueños por cumplir.

Nuestro primer caballo fue fruto de otra "casualidad", buscando cómo aprender, cómo empezar a practicar, todos los libros sobre etología que había leído, se cruzo un caballo que fui a visitar y que estaba en muy malas condiciones físicas, y por ende, mentales. No pude mirar para otro lado y el 1 de abril de 2017 se vino con nosotros a casa.

He llevado, y llevo, un proceso de crecimiento constante, personal, formativo y profesional, tanto en lo social cómo con los caballos. El aprendizaje con Lucero, un caballo que se ponía de manos con un pelham, recto y con desveno, hierro de los más dañinos, a montarlo con una cabezada de cuadra, pasar de desconfiar de todos los hombres a dejarse acariciar y buscar el contacto. Su cambio y trasformación, su salud física y mental, son fruto del aprendizaje y la práctica de intentar hacerlo mejor cada día.

También trabajamos para integrar que todos somos uno, y concienciamos, sobre el respeto a los seres vivos, a la naturaleza y a los caballos, especialmente a estos últimos, porque nos aportan beneficios científicamente demostrados.

Hemos creado un método innovador al que hemos llamado Pedagogía del Ser, dónde a través del contexto y los caballos, ya de por sí terapéutico, realizamos un acompañamiento para ayudar a otros a detectar su propósito, a mejorar la calidad de vida en función de su corazón, a conseguir sus objetivos y a resolver sus conflictos. No pretendemos sustituir cualquier tratamiento o medicación, sino aportar un complemente que ayude a las personas a conectar con sigo mismas a través de los caballos.

La Pedagogía del Ser, es una metodología dentro de la gestión emocional y el crecimiento personal. Contribuye a fomentar el bienestar conectando cuerpo, mente y emociones a través de los caballos, nos hacen consciente nuestro inconsciente, y ayudamos a detectar las creencias limitantes, integrando diferentes disciplinas científicas, filosóficas y humanistas.

Mediante la experiencia, con caballos sanos, libres y coherentes, detectaremos nuestras limitaciones, trabajaremos el cambio de percepción, tras comprender el origen de las experiencias emocionales y los conflictos.

Acompañamos en la gestión emocional de la experiencia y en el proceso de autoconciencia de los recursos internos qué afloran durante la sesión.

El resultado es la percepción de la responsabilidad de poder dirigir nuestra vida, por tanto, podemos decidir sentimos empoderados. coherentes, con paz interior y con motivación para actuar.

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