Comprendo y por lo tanto aprendo. Entendí que cada persona que nos rodea tiene un rol que cumplir, cada una con una categoría diferente, el dolor llega cuando ponemos personas en la categoría equivocada.
Entendí que nunca debemos subestimar lo que sentimos, que aquello que nos hace fuertes, puede ser lo mismo que lo que nos haga vulnerables. Entendí que debemos respetar nuestros tiempos y los tiempos de los demás, vivir sin prisas y aceptando nuestro presente, sabiéndose creador del mismo.
Entendí que el amor sin elección no es amor, que el amor se construye, no sólo se siente, que la confianza es el arma más poderosa para construir el amor. Amor es elegirse todos los días, enfrentando todo lo que eso implica.
Amor es aceptarte y aceptar al otro, es no rendirse, es comunicarse, es lealtad, mayor que la de tus amigos, es lealtad de familia. Amores hay muchos y de muchos tipos, pero lealtad sólo hay una, clara, simple e imponente. Entendí que lo importante no es lo que decimos, sino cómo lo decimos.
Entendí que las acciones de los demás hacia mí, tienen más que ver con lo que son ellos como personas, que conmigo. Porque no se puede dar algo que no se tiene. Entendí que reprimir un sentimiento o decir una mentira, es una pérdida de tiempo que termina en desdicha. Al final lo real sale a flote y reclama su lugar. Entendí qué la vida está llena de sorpresas, que no tenemos que dar nada por sentado.
Aprendí a dejar ir, a no poner barreras, a fluir con todo, con el viento, con la incertidumbre, a sentir el corazón, el miedo, a darme cuenta cuando no estoy en coherencia, entre lo que pienso, siento y hago.
Ya entendí que puedo cambiar mi estado de ánimo y mi percepción de las experiencias que vivo.
Aprendí a sentir la paz, tranquilidad, el presente, los caballos han sido mi mayor ejemplo, los mejores maestros, ellos no juzgan, no te dan consejos, te ayudan a que los descubras por ti mismos.
Sé que aún me queda mucho por entender, e incluso haya cosas que no pueda entender, pero lo que tengo claro es que no voy a dejar de amar, de amarme, de sentir, de sentirte, de experimentar, pues cuando deje de sentir, dejaré de vivir.
Sergio.
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